http://www.mineducacion.gov.co/1621/article-107321.html
Evaluar y promover el mejoramiento
¿Por qué es importante evaluar?
La evaluación tiene como propósito determinar en qué medida se están cumpliendo las metas de calidad que se fijan en los estándares, asociadas a los aprendizajes que se espera logren los estudiantes a su paso por la escuela. Por tanto, la evaluación brinda retroalimentación a las instituciones educativas, a las entidades territoriales y al Ministerio de Educación Nacional, detectando fortalezas y debilidades, y valorando el impacto de los procesos educativos sobre el desarrollo de competencias básicas por parte de los estudiantes del país.
En este sentido, la evaluación es un instrumento para el mejoramiento que permite obtener información válida y confiable sobre las consecuencias de acciones específicas, para así optimizar los esfuerzos.
Los resultados de la evaluación son también un referente concreto para analizar el funcionamiento y los procesos internos de las instituciones, y así organizar y diferenciar el grado de participación y responsabilidad de distintos actores y sectores. Además, al ajustar los Planes de Mejoramiento a la luz de los resultados de la evaluación, las instituciones pueden revisar el currículo, el plan de estudios y las mismas prácticas de aula, siempre en pro del desarrollo de las competencias básicas.
Los resultados son entonces insumos fundamentales para tomar decisiones, fijar responsabilidades, establecer metas, definir criterios y determinar acciones que garanticen el avance en un proceso de mejoramiento coherente, pertinente y sostenible.
Adicionalmente, la información que proporciona la evaluación es necesaria para que la comunidad educativa analice comparativamente las instituciones con referentes locales, regionales y nacionales, lo que permite a su vez reflexionar sobre la pertinencia de los resultados
educativos en relación con el entorno.
De este modo, la evaluación impulsa el mejoramiento ya que genera compromisos con el logro de objetivos precisos, al permitirles a los diferentes actores del sistema educativo tomar conciencia de los aspectos por mejorar en las instituciones, los municipios, los departamentos y el país.
Oportunidades para mejorar
Para los directivos de las instituciones educativas, la evaluación provee elementos que apoyan la toma de decisiones de acuerdo con las necesidades de desarrollo institucional y, específicamente, sobre la forma como desde la gestión administrativa y directiva se le apuesta a optimizar los procesos de enseñanza - aprendizaje, diseñando e implementando acciones globales y focales que impulsen el logro de los estudiantes, y que se constituyan en mecanismos esenciales para el mejoramiento continuo.
Los docentes encuentran en los resultados de la evaluación orientaciones conceptuales, por niveles de logro de competencias y por componentes disciplinares, que les permiten participar activamente en la revisión del currículo y del plan de estudios, lo que tendrá implicaciones directas en sus prácticas de aula.
La revisión y ajuste a la luz de los resultados obtenidos incentiva la reflexión y los acuerdos acerca de los enfoques pedagógicos, las metodologías de enseñanza y los sistemas de evaluación, así como sobre el seguimiento y la articulación de los ciclos educativos de la educación Inicial, Básica y Media. Desde esta perspectiva, la evaluación estimula la innovación pedagógica en las aulas.
A su vez, los estudiantes, con la orientación de los docentes, pueden identificar puntos fuertes y débiles en el desarrollo de sus competencias para la vida, y participar así de los procesos de mejoramiento continuo y de evaluación en el aula. Así mismo, la evaluación fomenta los canales de comunicación entre los distintos miembros de la comunidad educativa (docentes, directivos, estudiantes, familias), y hace que se compartan metas educativas comunes, relacionadas con una formación integral y con la adquisición de las competencias necesarias para desempeñarse
efectivamente en la sociedad.
Por su parte, los padres y madres de familia se informan sobre la calidad de la educación que reciben sus hijos, y así pueden analizar y contribuir al mejoramiento del desempeño de las instituciones frente a los estándares esperados. Igualmente, obtienen argumentos y criterios para interactuar con las distintas autoridades educativas en torno a la formación de los estudiantes, y para exigir el cumplimiento de lo consagrado en la Ley sobre el derecho fundamental de la educación.
Finalmente, las autoridades educativas reciben información para medir el pulso del proceso de calidad en todas las entidades territoriales y en las instituciones educativas del país. De esta manera, están en capacidad de focalizar acciones de apoyo para los municipios e instituciones que han tenido desempeños bajos, brindándoles apoyo y acompañamiento para mejorar, identificando así las prácticas que están brindando mejores resultados. De ahí la importancia de compartir y difundir los resultados, mediante una estrategia de comunicación que proponga una agenda de mejoramiento para el sistema educativo.
Como parte de la política de evaluación, la asistencia técnica y el fortalecimiento en la interpretación y el uso de los resultados consolidan una cultura de mejoramiento, a partir del adecuado uso de los resultados por parte de las distintas instancias de la administración del sector, en cada uno de los niveles del sistema.
Así, las entidades territoriales pueden definir prioridades a ser atendidas dentro de sus planes de apoyo a los municipios y a las instituciones educativas, en tanto que las instituciones educativas disponen de uno de los referentes de más potencia para el diseño y puesta en marcha de los Planes de Mejoramiento Institucional.
Evaluación y utilización de pruebas en la comunidad educativa
Desde hace varios años, el colegio Jaime Garzón ha tenido la oportunidad de presentarse con su grupo de estudiantes en las diferentes pruebas que el distrito (Bogotá) organiza para establecer el nivel de competencia en áreas de matemáticas, español, ciencias, y las necesarias
competencias ciudadanas.
Hemos pretendido desde esos mismos años que la prueba sea para nosotros, como institución, y para los estudiantes como actores protagónicos, un termómetro que evidencie la motivación, proyección de vida, conocimientos y significancia de las enseñanzas en los jóvenes; así como el compromiso, nivel de conocimientos y capacidad pedagógica de los maestros.
Esto sin olvidar la capacidad organizativa de las directivas del colegio. Las Pruebas Saber y todos los exámenes que cada año se presentan, se han convertido para nosotros en un instrumento eficaz para auto evaluarnos y trazar, según esa evaluación, nuevas rutas para el mejoramiento del quehacer pedagógico. Son los maestros, estudiantes y directivas del colegio quienes analizan las enseñanzas, observan resultados de los diferentes tipos de pregunta y los núcleos temáticos en los que se presenta más manejo de los estudiantes así como aquellos en los que hay mayor dificultad.
Se trata de establecer estrategias de refuerzo en esos espacios y fortalecer los conocimientos de los chicos. Por otro lado, las pruebas también han fortalecido la motivación y el proyecto de vida de nuestros jóvenes, porque se han establecido una serie de incentivos para los mejores puntajes. Se ha creado un vínculo de cooperación entre los colegios de la Asociación e instituciones gestoras, para estudios posteriores en universidades como de los Andes, o estudios técnicos como en el Instituto Don Bosco. Esto en lo que corresponde al examen del ICFES para los estudiantes de grado undécimo.
En conclusión, recuerdo a propósito de este tema una frase de alguien que dijo: "Lo que no es susceptible de ser medido, no existe". Parece insensible la sentencia, pero más fría es la educación que no se cuestiona y se recoge cada tiempo de sus cenizas para volver renovada hacia la mente de niños que exigen cada vez más de nosotros. La evaluación es eso: evolución y cambio.